. . . un día te levantas, te miras al espejo y piensas:
¡Ya no más!
Ya no más atada a cadenas invisibles,
que limitan mi vida a una superficie cercada con ficticios sistemas de seguridad.
Quiero caminar por estos senderos cubiertos de plásticos de burbuja,
sentir como explotan bajo mis pies
y notar como me recuerdan a cada instante que sigo viva.
Quiero envolverme con esta brisa de frescura y lealtad,
que recubre mi cuerpo ablandando mi escudo de acero fundido.
ooooooooooowhm *-*
ResponderEliminar